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Los conejos gigantes españoles son una de las razas de conejo más grandes de todo el mundo, y está formado por la mezcla del lebrel español con el conejo gigante de Flandes, dando lugar a un lepórido muy interesante que desde el primer momento tuvo como cometido el de convertirse en un animal doméstico muy particular y con características mejoradas con respecto a sus antecedentes.
Características de los conejos gigantes españoles
El conejo gigante español es uno de los más grandes del mundo, ya que la media que alcanza se encuentra alrededor de los 90 cm de longitud, alcanzando pesos que normalmente están entre los 7 Kg y los 8 Kg, pero por supuesto, algunos ejemplares consiguen superar estas cifras sin excesiva dificultad.
Su cráneo tiene forma curvada, y destaca su frente achatada, así como las largas orejas que son más gruesas de lo habitual.
En cuanto a la relación entre el cuerpo y la cabeza, existe una cierta desproporción, ya que el primero es bastante más grande, por lo que la mayoría de ejemplares presentan una cabeza que transmite la sensación de ser pequeña.
Destaca también su papada, la cual es protuberante, y en cuanto a su pelaje, es de tamaño mediano y predomina la tonalidad parda uniforme y sin combinar con otros colores.
Pese a ello, también se dan ejemplares de otros colores como el blanco o el rubio, aunque son bastante poco frecuentes.
Su estimación de vida es bastante corta, ya que generalmente no suelen superar los cinco años de edad.
No obstante, unos buenos cuidados y atención por nuestra parte, es la base para alargar al máximo su vida.
Comportamiento
Se trata de un animal muy dócil, por lo que es fácil interactuar con él.
Su comportamiento tranquilo lo hace también muy manejable, ya que si bien es cierto que les gusta moverse y andar, es poco habitual que corran o peguen saltos.
Eso sí, debemos estimular su actividad, ya que de lo contrario, pueden acabar teniendo tendencia al sedentarismo, lo cual no es bueno para su salud.
Alimentación
Se alimenta como cualquier otro conejo con heno, verduras frescas, pienso y algo de fruta, así como debe disponer de agua fresca y cristalina en todo momento para evitar la deshidratación.
Eso sí, consume una cantidad por encima de lo normal de comida cada día, ya que necesitará al menos unos 200 gramos diarios, y en el caso de hembras embarazadas, pueden comer sin problema unos 400 gramos de comida.
En este caso, deberemos hablar con nuestro veterinario, ya que son animales que necesitan aportes vitamínicos y proteicos adicionales para garantizar su formación, muy especialmente durante el crecimiento.
Reproducción
A los ocho meses, el conejo gigante español hembra ya está preparado para reproducirse, aunque se recomienda esperar al menos a partir del año.
Pueden llegar a tener camadas de hasta 12 ejemplares, aunque es más frecuente que no pasen de los ocho por parto.
Si tenemos en cuenta que una misma hembra puede parir hasta siete veces al año, observaremos que tiene una capacidad muy alta de reproducción, un aspecto que deberemos cuidar mucho y analizar la posibilidad de castrarlos si tenemos una pareja.
Salud del conejo gigante español
La salud de esta raza de conejo es bastante fuerte, pero debemos extremar las precauciones a nivel óseo y cardíaco fundamentalmente.
Al ser tan grandes, suelen tener facilidad para desarrollar problemas en sus articulaciones con el paso de los años.
De igual manera, también son frecuentes los problemas cardíacos, pero realizando un seguimiento veterinario adecuado, reduciremos el riesgo de muerte por enfermedades de esta índole.
También hay que vacunarlos contra la mixomatosis y la fiebre hemorrágica, así como desparasitarlos tanto interna como exteriormente.
Cuidados
Además de poder ofrecerle un amplio espacio para que se pueda mover con libertad y sentirse tranquilo, se trata de una raza que come en abundancia, por lo que tenemos que asegurarnos de que disponemos de alimento en cantidad suficiente.
Es un animal muy grande, por lo que se le dificulta la capacidad de higiene, lo que significa que deberemos lavarlo al menos una vez por semana con un trapo húmedo, evitando bañarlo en agua ya que le causará elevado estrés.
También es conveniente cepillarlo con frecuencia, ya que aunque su pelo no es muy largo, así evitaremos que vaya desperdigándose y lo ingiera accidentalmente.