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Los conejos gigantes son animales que pertenecen a la familia Leporidae y al género Oryctolagus, presentándose en diferentes variedades y razas con características distintas pero con el elemento en común de tener un tamaño superior a la media. Estos animales requieren un trato y cuidados específicos aunque bastante similares al resto de la familia de conejos, pero siempre teniendo en cuenta los riesgos de salud añadidos.
Características de los conejos gigantes
La característica o particularidad más destacada de los conejos gigantes es precisamente su tamaño, ya que estamos hablando de animales que superan sin dificultad los 40 cm, habiendo ejemplares que miden incluso más de un metro de longitud, aunque no son habituales.
En cuanto al peso, suele oscilar desde los 6 Kg como mínimo, hasta superar los 10 Kg, existiendo ejemplares que han llegado a alcanzar incluso los 25 Kg de peso. No obstante, todos estos detalles dependerán de cada raza, al igual que hay aspectos que las diferencian como el tipo de pelaje, comportamiento, colores, etc.
De entre las razas de conejo gigante más populares encontramos el chinchilla gigante, el continental, el moteado, el gigante de Flandes, el gigante de angora y el inglés.
Comportamiento
Los conejos gigantes son animales por norma general tranquilos, a los que les gusta tener un espacio que sientan propio y del que puedan estar a salvo de depredadores.
Esto hace que sean más fáciles de convertir en compañeros en el hogar, pero el problema es que su gran tamaño supone cuidados más considerables, por lo que es un conejo más pensado para personas que ya tengan experiencia con animales, así como mucho espacio disponible.
Y es que, aunque sean tranquilos, necesitan de un gran espacio para poder jugar y relajarse, ya que al igual que ocurre con la mayor parte de conejos, tienen tendencia a entristecerse e incluso a deprimirse, por lo que deben sentir que tienen libertad.
Necesitan estar a menudo al aire libre y poder dar zancadas, además de que también deben estar acompañados, ya sea por otros conejos o por nosotros mismos, ya que la soledad les afecta muy negativamente.
Son animales inteligentes que responden con facilidad a su nombre, por lo que se facilita la interactuación y el poder jugar con ellos.
Alimentación
La alimentación de los conejos gigantes es la misma que para la mayoría de animales del reino Leporidae, es decir, estará compuesta por verduras, frutas, heno y pienso, aunque en raciones algo más sustanciales.
El esquema de su alimentación debe ser:
- Frutas: deberán ser frescas, y lo ideal es darle unas tres veces por semana.
- Heno: debe tener siempre disponible.
- Pienso: es bueno que tenga siempre a su disposición.
- Verduras: siempre frescas, dando prioridad a los vegetales verdes y al pimiento (verde o rojo), ya que le aporta vitamina C, por lo que lo ideal es darle todos los días.
El agua es otro de los imprescindibles, ya que tiene que tener siempre a mano, y debemos asegurarnos de que está fresca y limpia, renovándola al ser posible cada día.
Reproducción
La edad a partir de la cual tanto machos como hembras comienzan a poder reproducirse es a partir de entre nueve meses y el año, aunque muchos ejemplares presentarán predisposición antes, pero no es conveniente que las hembras empiecen demasiado jóvenes ya que hay más riesgo de que se produzcan problemas en la gestación o el parto.
En cuanto al tope, se establece en los cinco años de edad para las hembras, aunque hay que destacar que lo habitual es que después también sigan siendo fértiles, pero de esta forma protegeremos su salud.
Todos los meses, la hembra puede ser fecundada, aunque existen 14 días en los que habrá predisposición por su parte y que se pueden reconocer porque su vulva se torna de color rojo.
Cuando su color sea amoratado, quiere decir que ha pasado el celo, coloreándose con un tono rosado en los siguientes días, momento en que no estará receptiva y rechazará al macho.
Salud del conejo gigante
Además de los problemas habituales que se presentan en toda la familia de conejos como el riesgo de contraer mixomatosis o fiebre hemorrágica (fácil de prevenir con las vacunas) así como las infecciones bacterianas y demás, los conejos gigantes cuentan con riesgos añadidos por su gran tamaño, por lo que deberemos estar más atentos:
- Problemas cardíacos: entre los que destacamos la miopericarditis, la cual es bastante frecuente en conejos gigantes, por lo que están expuestos a muerte súbita. También hay otro problema cardíaco habitual que es la miocardiopatía dilatada, que se basa en un crecimiento anómalo del corazón que motiva su debilitamiento, reduciendo el volumen de sangre que se extiende por el cuerpo, aunque en ambos casos, una detección temprana suele aumentar mucho sus posibilidades de vivir.
- Artritis: es un problema muy común y aparece cuando va envejeciendo. Notaremos que tiene más problemas para moverse, arrastrando las patas traseras. Se puede realizar un control efectivo con medicación.
- Espondilosis espinal: es un problema similar a la artritis puesto que se basa en la degeneración, pero en este caso de la columna vertebral. Aparece a menudo con la edad, pero puede ser tratado médicamente siempre que se coja a tiempo a través de las revisiones.
- Pododermatitis: se produce dolor en los corvejones por la excesiva presión de su peso. Es importante detectarlo a tiempo para impedir su evolución, y también ayuda el que disponga de una cama mullida y juegue en la tierra esponjosa.
La mejor forma de estar seguros de la buena salud de nuestra mascota es mediante las revisiones periódicas del veterinario, las vacunas y una correcta alimentación, cuidados e higiene.
Cuidados
De entre los cuidados esenciales para estas razas de conejo, habréis observado que es imperativo mantener un buen control veterinario, ya que se pueden ver afectados por algunas enfermedades de gravedad que, con una detección temprana, a menudo se pueden corregir.
Pero también es muy importante que tengamos en cuenta que hablamos de conejos que pueden tener el tamaño de un perro, lo que significa que es muy importante que dispongan del suficiente espacio.
Esto es de aplicación por una parte en cuanto a su casita o jaula, ya que necesitará moverse y poder tener un entorno en el que no sentirse enclaustrado, y por otra parte, también es imprescindible que tenga sitio para poder correr y jugar con seguridad.
Lo mejor es que disponga de espacio al aire libre, sobre tierra, y con las dimensiones adecuadas para dar carreras.
No olvidemos que al ser un animal tan grande y pesado, es necesario que haga ejercicio físico para prevenir enfermedades.
En cuanto al resto de cuidados, la alimentación y disponer siempre de agua limpia son esenciales, además de que debemos darles mucho cariño y pasar ratos con ellos, ya que sólo así se sentirán felices, evitando la tristeza, el estrés y depresión que es tan común en estos animales debido a su alta sociabilidad.