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Los caballos de carreras se pueden presentar a través de diferentes razas, pero es el purasangre el más utilizado y destacado.
Concretamente hablamos del purasangre inglés, el cual fue creado fundamentalmente con el objetivo de conseguir el máximo rendimiento en pista, ya que las carreras de caballos han sido siempre uno de los deportes más importantes del país, así como uno de los que más dinero mueven.
Estamos ante una de las razas de caballo más variables en cuanto a precio se refiere, hasta el punto que podemos encontrar ejemplares con valores que parten de los 1.000 €, pudiendo llegar a superar con creces los 3 millones de euros.
De hecho, el caballo de carreras más caro hasta la fecha es Green Monkey, cuyo precio de subasta alcanzó los 13,5 millones de euros.
Si bien es cierto que no es un precio normal en este tipo de animal, también lo es que muchas personas optan por los caballos de carrera como forma de inversión, ya que con un buen cuidado y entrenamiento, se pueden revalorizar mucho.
Características de los caballos de carreras
Con el objetivo de conocer mejor al caballo de carreras, vamos a hacer un análisis tanto físico como acerca de su comportamiento.
Cuánto viven
La esperanza de vida de los caballos de carreras está determinada por su ritmo de vida, ya que no es lo mismo un caballo que apenas haya sido entrenado, que otro que ha conseguido triunfos y ha estado varios años en la pista.
Para que nos hagamos una idea, la media se establecería en unos 34 años, siempre y cuando no enfermen o se lesionen en su vida deportiva, ya que son muchos los que incluso no alcanzan los 25 por estos problemas.
Alza
La media de la altura a la cruz en este caballo está situada en los 163 cm, y suele variar poco aunque la horquilla se encuentra entre los 155 cm y hasta los 170 cm, cifra que en alguna ocasión supera pero con poca frecuencia.
Capa
En cuanto a la capa, destacan los colores bayo y castaño, pero son también frecuentes otras menos características de la raza como la torda, alazana o zaina.
Cabeza
Su cabeza destaca por tener una buena proporción. Ofrece una longitud media y presenta un ángulo convexo que ayuda a diferenciarlo. Sus orejas son medianas y paralelas, además de que tiene una mirada también característica y expresiva.
Cuello
En cuanto al cuello destaca por su musculatura, ofreciendo una crin muy poblada y con un tacto suave y sedoso.
Cuerpo
Su cuerpo es redondeado, y en cuanto a sus extremidades, las traseras son muy robustas y musculadas, mientras que las delanteras son más delgadas, gracias a lo cual cuenta con una mayor agilidad. En cuanto al largo, las patas traseras tienen mayor longitud que las delanteras.
Temperamento
Una de las ventajas de esta raza de caballo es su fantástico equilibrio emocional, pudiendo afrontar la tensión y el estrés con magníficos resultados. Es muy dócil y se deja enseñar, ofreciendo una gran energía bien dosificada y que le otorga no sólo potencia y velocidad, sino también espíritu de lucha.
Orígenes del caballo de carreras
Los orígenes del caballo purasangre se localizan en Inglaterra por allá por el año 1683, donde en la búsqueda por conseguir un caballo que fuese potente, resistente y fuerte, se procedió a importar ejemplares de sementales árabes que procedían directamente de Oriente Medio, donde destacaban por su calidad y cualidades a la hora de competir en pista.
Estos caballos fueron mezclados con yeguas inglesas, logrando de esta forma reducir en parte su robustez, aumentando la velocidad y logrando de esta manera un animal mucho más cualificado.
Pese a ello, sus patas traseras seguían siendo robustas, lo cual reducía el riesgo de lesiones, mientras que las delanteras eran más finas y ofrecían una mayor agilidad.
Historia
Desde un primer momento, el objetivo estaba claro, y era el de crear en Inglaterra el mejor caballo de carreras que jamás hubiese existido. A través de la combinación con los caballos árabes, se logró dar lugar a tres variedades dentro de la raza que son:
- Byerley Turk.
- Darley Arabian.
- Godolphin Arabian, conocido como Godolphin Barb.
Esto supuso un cambio significativo en esta tradición que recordamos data del siglo XII y que, hasta la fecha, se ha mantenido e incluso aumentado su interés. No obstante, este cambio no se haría oficial hasta el siglo XVIII, que fue cuando se creó el primer libro genealógico del purasangre.
Durante un par de siglos, se mantuvo como caballo representativo de Inglaterra, por el cual no había un excesivo interés desde otros países, hasta que todo esto cambio sobre el año 1900 cuando, coincidiendo con la entrada del nuevo siglo, Estados Unidos comenzó a interesarse por él.
Fue entonces cuando decidió importarlo, creando diferentes ganaderías, de las cuales en la actualidad son las de Kentucky, Florida y California las más representativas. De hecho, son las que más potros sacan cada año, todos ellos con el claro objetivo de ser utilizados en las carreras y competiciones a lo largo de todo el mundo.