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El hámster es un tipo de roedor que pertenece a la familia Cricetidae y se puede encontrar en siete géneros que son Allocricetulus, Cansumys, Cricetus, Cricetulus, Mesocricetus, Phodopus y Tscherskia, los cuales se subdividen a su vez en 19 especies, aunque tan sólo nueve de ellas son conocidas a nivel de animales de compañía que son el albino, angora, arlequín, dorado, enano de Campbell, enano de China, enano ruso, panda y Roborovski.
Fue en el año 1839 cuando se descubrió en Siria el que sería el primer hámster reconocido por el hombre y que fue denominado Cricetus auratus, pero no sería hasta el año 1930 cuando adquiriría una mayor representación en Europa, tras el hallazgo de una hembra con varias crías en el desierto del mismo país.
Varios de estos ejemplares fueron enviados a la Universidad de Jerusalén, donde se procedió por primera vez a la cría de hámsteres, una labor que pronto alcanzaría sus frutos.
Teniendo en cuenta las mayores dimensiones de estos ejemplares en comparación con el primer hámster conocido, se procedió a denominarlos Mesocricetus auratus.
A partir de entonces comenzaron a ser utilizados en laboratorio y experimentación, pero poco tardarían en ser reconocidos como animales de compañía interesantes y de una destacada inteligencia.
Características del hámster
El hámster es un animal que se diferencia de otros roedores por el hecho de tener abazones en el interior de su boca.
Se trata de unas pequeñas bolsas que comienzan en la comisura de la boca y abarcan las mejillas extendiéndose hasta la zona de los hombros, y que tienen como cometido el transporte de comida, o incluso son utilizados para su almacenamiento previo al consumo.
La longitud del hámster varía en base a la variedad, pero normalmente se encuentran entre los 8 cm y 10 cm con pesos que van entre los 30 y los 40 grs.
Sin embargo, hay una variedad que destaca sobre las demás que es la conocida como hámster dorado, el cual suele medir entre 15 cm y 18 cm, pudiendo alcanzar incluso los 180 grs de peso, convirtiéndose así en el hámster más grande y pesado de todos.
Cuánto viven
Dependiendo de la especie, la esperanza de vida puede variar entre 1,5 años como mínimo y hasta los 4 años en el caso de los ejemplares más longevos.
Sin embargo, la media de edad se establece en alrededor de 2,5 años para la mayoría.
Colores
Originariamente, el hámster era de color dorado, presentando variación de tonalidades a lo largo de su cuerpo.
Sin embargo, con el paso de los años y las mezclas realizadas a través de la cría selectiva, actualmente se presentan con multitud de colores y tonalidades distintas, ofreciendo combinaciones verdaderamente variadas.
Pese a ello, lo habitual es que se presenten con un color uniforme en todo el cuerpo o con una combinación de dos colores, pero siempre existe la posibilidad de que cuente con más.
Entre los colores principales que encontramos están el beige, blanco, canela, chocolate, crema, gris claro, gris plateado, naranja, negro, color óxido y rubio.
Comportamiento de un hámster
Es importante partir de la base de que los hámsteres son roedores de hábitos nocturnos, lo que significa que durante el día es habitual que se encuentren resguardados en su nido o en algún rincón de la jaula.
A partir de la tarde es cuando empiezan a demostrar actividad, alcanzando su máximo a lo largo de la noche, que es cuando están más activos y juegan, se alimentan, organizan la jaula, etc.
Aunque los hámsteres puedan parecer menos expresivos que otros animales, lo cierto es que tienen algunos hábitos y comportamientos que ayudan a conocer su estado.
Un buen ejemplo de ello es cuando se estira y bosteza. Esto es una clara señal de que se siente cómodo y feliz en esos momentos.
Si lo hace delante de nosotros, quiere decir que confía, aunque debes recordar que sigue siendo un animal para el cual nosotros somos depredadores, por lo que de forma natural es normal que sientan un cierto miedo hacia nosotros.
No obstante, aquellos ejemplares más confiados o que han sido criados desde muy pequeñitos, alcanzarán cotas altas de confianza hacia nosotros, y en los casos más especiales, incluso hacia todo ser humano.
Seguramente habréis observado que a menudo, el hámster actúa como ensimismado, es decir, realiza sus tareas, juega, etc. de forma solitaria, como si no hubiese nada ni nadie a su alrededor, hasta el punto que incluso aunque haya algún ruido en el entorno, no levanta la vista de lo que está haciendo.
Esto efectivamente se debe a la confianza y al hecho de que está acostumbrado al entorno, pero de vez en cuando también sacará su lado curioso, para lo cual es habitual verlo que se sienta sobre las patas traseras, o incluso se eleva un poco sobre ellas manteniendo el equilibrio.
Pondrá las orejas de punta y observará a su alrededor, intentando obtener información ya sea de lo que está ocurriendo, o incluso de lo que podamos estar hablando.
Recuerda que los hámsteres marcan su territorio utilizando las glándulas odoríferas, para lo cual se frotará con los distintos elementos que haya dentro de su zona de actuación.
Otro hábito del hámster es el de roer los barrotes de la jaula, lo cual hace con el objetivo de poder salir de ella, y en ocasiones, busca llamar nuestra atención.
En cuanto a los sonidos, son poco audibles en la mayor parte de casos, pero hay circunstancias que nos pueden revelar mucho acerca de su estado como:
- Chillidos fuertes: tiene miedo por algo que está ocurriendo en ese mismo instante y que le supone una amenaza directa.
- Frotar de dientes: está estresado y agresivo, por lo que si lo hace al ir a cogerlo, no lo intentes o te llevarás un bocado.
- Siseo: está asustado y tiene miedo por algo que hay en el entorno, aunque no sea una amenaza directa.
Cuidados del hámster
No sólo deberemos proporcionarle todo lo necesario como la jaula, comederos, bebederos y juguetes, sino que además también es muy importante que dediquemos tiempo a sus cuidados.
En cuanto a nuestra relación con el hámster, es algo difícil de predecir, ya que su personalidad puede ser muy variada, lo que significa que encontraremos ejemplares que quieran pasar mucho rato con nosotros, mientras que otros se esconderán y prácticamente no existirá relación.
De cualquier manera, cuando entre en casa, debemos tratarlo con mucha delicadeza, sin ruidos molestos y con una voz dulce y suave, ya que esto ayuda a que se sienta mejor.
Debemos garantizar su espacio para que sea él el que se acerque a nosotros, y conforme vaya pasando el tiempo, iremos conociendo mejor su forma de ser y si podemos interactuar más o menos con él.
Recuerda que si se trata de un ejemplar cariñoso, necesitará que compartas ratos con él todos los días, o tenderá a entristecerse al sentirse solo.
Podrás sacarlo de la jaula e interactuar, pero siempre respeta si quiere dormir a lo largo del día, ya que si no descansa adecuadamente, con el tiempo puede desarrollar estrés.
Dentro de la jaula debe tener todo lo necesario, y además, es muy recomendable ponerle un lecho de papel de periódico, virutas o cualquier otro producto que sea aconsejable para estos animales, ya que así podrá escarbar, esconder cosas, y a la vez la orina y el agua que puedan caer a la superficie serán absorbidos, evitando su acumulación y previniendo enfermedades.
La limpieza de la jaula se debe llevar a cabo con regularidad, pero no es necesario todos los días. Con una vez por semana es suficiente.
Recuerda que no pasa nada porque se acumulen algunas caquitas, ya que también las comen puesto que son utilizadas como fuentes proteicas.
Asegúrate de que lo alimentas de forma correcta y variada, y de que dispone de juguetes para practicar ejercicio físico, esencial para que disfrute y para su salud.
Alimentación ¿qué comen los hámsteres?
La alimentación del hámster es sencilla, pero debemos asegurarnos de dos cosas que son, el alimentarlo de forma variada, y por otra parte, evitar los alimentos que puedan ser dañinos para su salud.
- Pienso o mezcla para hámster: se trata de una combinación de semillas apropiadas para hámsteres y cereales. Podemos comprarlas en paquetes o a granel en tiendas especializadas.
- Verduras: le encantan las verduras, y se las debemos dar todos los días. Entre las más recomendables están la lechuga y la coliflor, así como toda verdura de hoja verde.
- Frutas: podemos darle un máximo de tres veces por semana para evitar que consuma un exceso de fructosa. Las variedades a elegir son amplias, pero les gustan mucho las peras y las manzanas.
- Frutos secos: hay frutos secos como las nueces que les resultan deliciosos y son muy saludables, pero recuerda que hay que dárselos con moderación.
- Bichos: aunque en cautividad no es habitual, cuando los hámsteres están en libertad, comen insectos, lagartijas e incluso pueden llegar a comer ranas pequeñas.
- Otros alimentos: también hay otros muchos alimentos que les encantarán como el huevo cocido o el queso, los cuales y gracias a su alto contenido en proteínas, son especialmente recomendables para las hembras embarazadas y durante la temporada de lactancia.
- Agua: el agua es esencial como en todo animal, de manera que debe disponer de agua fresca y limpia cada día.
Reproducción, cría y gestación
Los hámsteres alcanzan su madurez sexual a partir de los dos meses y medio de edad, momento a partir del cual comienza su celo que se repite cada cuatro días, de ahí que tengan una capacidad enorme de reproducción.
No obstante, en la medida de lo posible no permitiremos que se reproduzcan hasta que la hembra haya alcanzado al menos los dos meses de edad, ya que de lo contrario es muy habitual que no esté preparada, por lo que puede recurrir al canibalismo cuando nazcan las crías.
En el momento en el que la hembra está en celo, es cuando empieza el cortejo por parte del macho, y lo podremos observar porque se huelen entre sí, corren y va uno detrás de otro, tras lo cual comienzan a rascarse y lamerse.
Llegado el momento, la hembra se agachará y levantará la cola, quedándose quieta y permitiendo el apareamiento al macho.
Este proceso puede sucederse varias veces, con una duración de apenas unos segundos, y finalizará en el momento en el que la hembra deje de estar receptiva y se comporte de forma agresiva con el macho.
Cuando una hembra queda embarazada, tardará una media de entre 15 y 21 días hasta el parto, tiempo que dependerá fundamentalmente de la variedad de hámster.
Cuando tiene lugar el parto, el cual habitualmente dura un máximo de media hora, generalmente tendrá entre siete y ocho crías, aunque hay casos en los que puede tener más, habiéndose documentado hasta 19 crías en un solo parto en una hembra de hámster dorado.
Conforme van saliendo, la madre se encargará de cortar el cordón umbilical y de limpiarlas, así como de estimular su respiración.
Hecho esto, procederá a alimentarse de la placenta para limpiar el nido y a la vez obtener proteínas de gran valor para estos momentos.
A los cinco días, las crías empezarán a tener pelo, mientras que necesitarán unos 12 días hasta abrir los ojos y empezar a moverse por la jaula.
Desde el momento en el que nacen y hasta entre tres y cuatro semanas de edad, se alimentarán mamando leche materna, y a partir de entonces comenzarán a variar su alimentación.
Es muy importante que, en el momento del destete, estemos atentos, ya que la madre intentará separarse de las crías, para lo cual es posible que recurra a la violencia.
En caso de ser así, es importante que las separemos y pongamos a todas las pequeñas en una jaula distinta a la de la madre para evitar el riesgo de que pueda hacerles daño.
En el momento en el que la hembra está embarazada, su celo se interrumpe, y no volverá de nuevo hasta que finalice el destete, que será cuando se reanude otra vez cada cuatro días.
La raza de hámster dorado, también conocida como hámster sirio, es la más particular a este respecto, ya que es la única variedad que prefiere vivir en libertad. Sin embargo, en el momento del apareamiento permite que se le acerquen ejemplares del sexo opuesto.
Con carácter general, es muy importante que nos aseguremos que, durante el parto, la hembra está tranquila y no tiene elementos que la puedan molestar.
En la medida de lo posible no tocaremos nada durante una semana, y sólo introduciremos la comida necesaria y cambiaremos el agua.
Higiene del hámster
La higiene del hámster se tiene que resumir fundamentalmente a su jaula y entorno.
Es decir, nunca lo debemos bañar, ya que el hámster sabe limpiarse por sí mismo, de manera que en este sentido no nos vamos a tener que preocupar.
Lo habitual es que comience su ritual de higiene a partir de las patitas, y poco a poco irá subiendo y extendiéndose por el resto del cuerpo, para finalizar por la cabeza.
Incluso cuando se siente limpio, es habitual verlo lavarse la cara con las patitas delanteras.
Para la limpieza de la jaula utilizaremos agua con jabón, aunque también es importante desinfectar, de manera que de vez en cuando diluiremos un poco de vinagre en agua para frotarlo por toda la zona y los objetos.
Antes de volver a meter al hámster, tenemos que esperar a que todo se seque por completo.
Enfermedades
Los hámsteres son animales fuertes pero delicados, de manera que debemos cuidarlos de forma correcta, y de esta manera, será mucho más complicado que enfermen.
De entre las enfermedades más habituales encontramos:
- Alergias: no son demasiado habituales, pero algunos ejemplares pueden presentar reacciones alérgicas a determinados alimentos o productos.
- Cola mojada: es una infección que se produce en su interior y que le produce diarrea, pudiendo llegar a fallecer.
- Conjuntivitis: se inflama la membrana conjuntiva del ojo generalmente por una mala higiene en su entorno o por entrar en contacto con otros animales que la padezcan.
- Crecimiento anómalo de los dientes: es importante que el animal tenga objetos para roer y desgastar sus dientes, ya que están en continuo crecimiento y puede llegar a darle problemas a la hora de alimentarse.
- Diabetes: se puede producir un nivel elevado de glucosa en sangre, por lo cual es importante reducir la fruta a dos o tres raciones a la semana.
- Estreñimiento: si su dieta no es adecuada, el lugar es húmedo o hay corrientes de aire, tendrá tendencia al estreñimiento y dejará de comer.
- Parásitos: entre los que destacan los ácaros, los cuales pueden producirle picor y malestar.
- Resfriado: nunca bañaremos al hámster, además de que evitaremos la humedad en su zona y las corrientes de aire.
- Tiña: la tiña se produce por una infección a partir de un hongo que se establece en su piel, de manera que le irán apareciendo calvas.
Cómo debe ser la jaula de un hámster
La jaula del hámster es el lugar en el que va a vivir, crecer, desarrollarse y ser feliz, de manera que es importante que prestemos la debida atención a su configuración, asegurándonos de que contiene todo lo necesario para gozar de un entorno agradable y positivo.
Tipo de jaula para hámster
En primer lugar, debemos estudiar el tipo de jaula en el que lo vamos a introducir, que podrá ser:
- Acuario: conformado por vidrio, y con la ventaja de que no puede escalar para escapar, por lo que podemos reducir sus movimientos a los juguetes que introduzcamos en su interior.
- Jaula metálica: la tradicional jaula metálica es la opción más recurrida y también la más interesante, ya que estará más ventilada y además le permite escalar y hacer ejercicio por todas sus caras.
La jaula metálica es la mejor alternativa para la mayor parte de casos, ya que no sólo es más económica e interesante para el animal, sino que también cuenta con la particularidad de que la podemos ampliar de forma muy sencilla y con inversiones escasas.
Esto se debe a que es fácil acoplar tubos y pasadizos que les permita entrar y salir de varias jaulas, por lo que podemos crear un hábitat completamente adaptado a nuestros gustos y a sus necesidades.
Esto también facilita la limpieza, ya que mientras se encuentre en una jaula, podemos cerrar para limpiar en profundidad la o las otras, con lo cual reducimos el riesgo de que escape o se estrese porque invadamos su espacio.
Recuerda que es muy importante que disponga de unas dimensiones suficientes para moverse con libertad, y aunque los hámsters no son mascotas que precisen de excesivo espacio, hay que asegurarse de que podemos meter todos los accesorios que necesita y que vamos a analizar a continuación.
Los accesorios para hámster
Una vez que ya hemos elegido una jaula que sea apropiada para nuestra nueva mascota, es importante equiparla bien.
Para ello debemos asegurarnos de que introducimos los accesorios imprescindibles para la jaula del hámster:
- Nido: el nido debe ser suficientemente grande para que quepa en su interior y pueda meter virutas o cualquier cosa que hayamos añadido a modo de lecho, pero a la vez, recuerda que le gustan los sitios estrechos y sobre todo bien protegidos. Será el lugar donde se esconderá cuando tenga miedo, y también en el que descansará, por lo que debemos evitar que sienta que es fácil de invadir.
- Bebedero: el agua es esencial que esté disponible todos los días y a todas horas. Deberemos optar por un bebedero que sea accesible y cómodo para él, así como evite que el agua se pueda derramar, ya que la humedad no es buena compañera de nuestra mascota.
- Comedero: un buen comedero en el que ir depositándole los alimentos es esencial, aunque hay que tener en cuenta que, por su instinto, será frecuente que lo saque del recipiente para ir guardándolo en diferentes puntos de la jaula, muy especialmente dentro de su nido.
- Juguetes: los juguetes son esenciales para el hámster, ya que permanece en un espacio cerrado y pequeño, por lo que precisa de entretenimiento, además de que es esencial para que practique ejercicio físico, pueda roer para desgastar sus dientes y así pueda mantener una buena salud. Hay una variedad muy amplia a este respecto que incluyen ruedas, tuberías, bloques, juguetes, bolas y pelotas, estructuras para escalar, etc.
El acondicionamiento de la jaula del hámster
Ahora que ya lo tenemos todo, es el momento de disponerlo de forma que quede bien sujeto y pueda interactuar con los elementos sin hacerse daño.
Además, también hay que añadir un lecho para que se sienta mejor y con el objetivo de evitar la acumulación de humedad.
El mismo puede ser fabricado con virutas de madera (prohibida la viruta de cedro por su contenido en aceite aromático), alfalfa, serrín, hojas de periódico, etc.
Lo que no debemos utilizar es paja, ya que esta se mezclará con las heces, las cuales utiliza el hámster como fuente de proteínas, de manera que se pueden causar obstrucciones intestinales difíciles de detectar y que en la mayor parte de casos llevan a su muerte.
Comprar hámster como mascota
Tener un hámster como mascota es una idea muy interesante, pero es verdaderamente importante que lo conozcamos de antemano, y sobre todo averigüemos sus necesidades y cuidados.
Esto es esencial puesto que hablamos de un animal delicado, de costumbres tímidas y esquivas además de nocturnas, y que puede tener un temperamento que va desde el cariño y vínculo más absoluto a su dueño, hasta el pánico y la agresividad.
En cuanto a los niños, es importante que aprendan a tratarlo con mucha delicadeza, ya que un hámster puede pasar a ser desconfiado y, si esto ocurre, es muy complicado recuperar la confianza.
Dónde comprar un hámster
Es muy importante que, si vamos a comprar un hámster, lo hagamos a través de tiendas especializadas.
En el mercado podemos encontrar un montón de sitios donde nos los pueden vender, algunos de ellos a precios muy económicos, pero cuidado, ya que no conocemos si han recibido los cuidados adecuados, su comportamiento y relación con sus dueños, además de que en los sitios especializados siempre se garantizará un trato responsable y justo con el animal desde su nacimiento hasta que lo adoptamos, a la vez que podremos resolver fácilmente cualquier tipo de duda que nos surja.
Precio hámster
En cuanto al precio del hámster, evidentemente dependerá de la variedad que hayamos elegido, pero normalmente no sale de la horquilla de entre 5 € y 20 € como máximo.
De hecho, es más habitual encontrarlo a precios que van desde los 5 € y hasta los 10 €.